La pandemia del coronavirus ha trocado en omnipresente el teletrabajo, una fórmula laboral que hasta hace no mucho era un lujo reservado a unos pocos privilegiados con jefes felices de que sus empleados se acojan (sin reproches de por medio) al “home office”.
Extraordinariamente versado en el teletrabajo está Google, que no en vano extendió hace poco el “home office” hasta julio de 2021.
El gigante de internet se ha tomado además la molestia de entrevistar a más de 5.000 empleados para poner nombres y apellidos a las mejores prácticas de trabajo en remoto. Inc. recoge algunas de las prácticas identificadas por Google en su investigación:
1. Hacer prioritarias las reuniones con el equipo de trabajo
Las reuniones (metamorfoseadas en videoconferencias) son a menudo la única vía de interacción (más o menos jugosa) entre los diferentes miembros de un equipo de trabajo y por eso conviene convertirlas en absolutamente prioritarias.
Si bien la comunicación escrita es la columna vertebral del “home office”, mediante esta fórmula se quedan en el tintero no pocos matices y se pueden generar fácilmente malentendidos.
En las reuniones virtuales los participantes tienen la oportunidad de sacar a escena sus propias emociones y transmitirlas adecuadamente a sus colegas.
2. Mostrar interés personal y genuino por los compañeros de trabajo
En las reuniones de naturaleza virtual es recomendable que los participantes aprovechen para conocerse mejor y hablar de asuntos completamente ajenos al trabajo. Una buena idea es programar, por ejemplo, desayunos o almuerzos virtuales.
En las conversaciones informales entre compañeros de trabajo es aconsejable además plantear preguntas abiertas para fomentar las interacciones de tipo más personal. En lugar de plantear, por ejemplo, la pregunta “¿Qué tal tu fin de semana?” es preferible reformular esta cuestión como “¿Qué hiciste este fin de semana?”.
3. Estar presente
En las videoconferencias es importante que los participantes den cuenta de su engagement y para ello es recomendable dejar encendida la cámara, apagar el micrófono cuando así resulte más práctico, responder a las sugerencias ajenas tanto de manera verbal como no verbal, y dejar al margen el smartphone para mantener siempre el contacto ocular con el resto de los participantes.
4. Reconocer el trabajo efectuado por los colegas
Cuando trabajamos en remoto, no es tan fácil agasajar a nuestros compañeros con un “gracias” o con el consabido cumplido “buen trabajo”.
Por eso es importante asegurarnos de que enviamos mensajes a nuestros colegas felicitándoles o dándoles las gracias cuando así lo estimemos oportuno.
5. Alentar la participación de los compañeros
Para las personas introvertidas participar de manera activa en las reuniones virtuales puede ser un auténtico desafío. Por esta razón es importante que quienes lideran los equipos de trabajo soliciten de manera activa a este tipo de personas (y si es necesario, al margen de la reunión) que hagan sus propias contribuciones (que son a veces extraordinariamente valiosas).
Hay asimismo que prestar mucha atención al lenguaje corporal de quienes toman parte en una reunión virtual y dar la palabra a quien intenta sin éxito abrirse paso en la conversión.
6. Establecer normas para el equipo
Las normas se traducen en expectativas absolutamente prístinas sobre la manera de abordar el trabajo en equipo. Y si éstas no se fijan por firmeza, tienden simplemente a asumirse, lo cual se troca en confusión y oportunidades perdidas.
Google recomienda establecer normas concretas en lo relativo a estos asuntos:
– El tiempo máximo en que podrá demorarse la respuesta a un email.
– Establecer claramente si el equipo puede seguir adelante con los proyectos que se le han encomendado si un miembro no está localizable.
– Dejar claro cuál es la mejor forma de compartir información.
– La periodicidad con la que los compañeros deben contactar entre ellos.
– Levantar los cimientos de una visión global para ayudar a los colegas a estar alineados con un objetivo más amplio y ambicioso.
7. Utilizar el medio adecuado
¿Cómo decidir cuándo es mejor enviar un mensaje o realizar una llamada?
De acuerdo con Google, el vídeo es definitivamente el mejor canal para abordar temas sensibles o emprender discusiones de naturaleza prolija, mientras que los mensajes escritos son más apropiados para dejar claros asuntos más simples y menos complejos.
Es importante, en todo caso, reconocer la diferencia entre los distintos canales que tienen a su disposición los empleados para comunicarse entre sí. Abusar de las llamadas telefónicas puede degenerar, por ejemplo, en el denominado síndrome de “burnout” entre quienes son acribillados por esta forma de comunicación. Pero enviar demasiados mensajes y emails puede constituir una auténtica pérdida de tiempo si el tema en torno al cual pivotan tales mensajes y emails puede solventarse fácilmente con una llamada telefónica de apenas cinco minutos.
8. Convertir el bienestar en una prioridad
En tiempos de COVID-10 el bienestar de los empleados debe ser siempre la prioridad número uno de las empresas y ese bienestar puede ser convenientemente aguijoneado si el trabajador dispone de un espacio físico que separe claramente su vida profesional de la personal, si hay una serie de límites que previenen la realización de demasiadas horas extra, y si se realizan pausas de manera regular.
Colaboración: www.marketingdirecto.com