La vuelta a los orígenes se ha convertido en una apuesta cada vez más frecuente de las marcas. Porque no hay mejor manera de conectar emocionalmente con los consumidores que apelando al sentido de pertenencia a un lugar, a la identificación con una cultural local y al orgullo de la tierra.
Eso es lo que brillantemente ha hecho la cadena de panaderías rusa Busche en su nueva campaña que se luce sobremanera sin grandes alardes, solo con una buena idea creativa. Con el objetivo de dar a conocer su nueva imagen, la compañía ha salido a las calles de San Petesburgo, ciudad de origen de la cadena, para llamar la atención de los consumidores.
Así, utilizando las paredes desgastadas que hay en la ciudad, han creado el tazas de café, batidos de fresa o rodajas de bizcochos jugando con el efecto visual a través de la utilización de plantillas con distintas formas.
Una idea, creada por la agencia Suprematika, que destaca por su gran creatividad demostrando que las ideas siguen siendo determinantes para el éxito de una campaña.
Colaboración: www.marketingdirecto.com