Nunca olvidaré el rostro de mi papá cuando le comenté que los chinos eran considerados los inventores de la pasta y que fue Alejandro Magno quien la llevó a Europa. Oh, Dios… El comentario resultó casi que un sacrilegio. Traté de emparapetar mi indiscreción, diciéndole que, sin duda los italianos habíamos perfeccionado ampliamente el tema, claro está. Me respondió muy serio que: “Marconi había inventado el teléfono y no Graham Bell”.
Bueno, pensé yo, Edison y Tesla batallaron con el tema de la electricidad, teniendo ambos ideas tan complementarias y formando parte de un mismo equipo creativo… También recordé una biografía de Isabel La Católica, en donde se menciona un tremendo secreto a voces: __Que fue un marino portugués quien “le sopló” a Cristóbal Colón que habían “ciertas tierras” en una dirección específica, más allá del horizonte… ¡Ufff!
Más allá de las “autorías”, un factor clave para el éxito de una idea es que alguien crea en ésta, tal como Isabel apoyó a Colón, y JP Morgan a Edison. Quizás Marconi dio el primer paso, pero Graham Bell desarrolló el teléfono porque tuvo más oportunidades para hacerlo. Pero en el fondo, ¿qué es lo verdaderamente valioso de una idea?
Hoy por hoy, hay marcas que, como parte de su estrategia de crecimiento, desarrollan aquellas ideas que generan importantes avances sociales. Como bien afirma el exitoso empresario Sir Richard Branson, CEO del Grupo Virgin (compuesto por unas 200 compañías, en 30 países): “Las empresas deben formar parte del desarrollo de la comunidad que las rodea, con productos y servicios que apoyen esta visión, pues en la medida en que cuidas de la sociedad, estás cuidando de tus consumidores presentes y futuros”.
Todavía recuerdo cuando hace unos años el Sr. Branson recibió la distinción de “Anunciante del Año” en el Festival Internacional de Publicidad de Cannes. Él subió a buscar el premio acompañado de 7 personas de su agencia publicitaria y lo curioso es que todos llevaban puesta una máscara de látex con la cara del Sr. Branson. Es decir, que todos eran una misma persona; un mismo equipo, una misma línea. Fue tan inspirador, que me reafirmé en mis convicciones y valores como publicista.
Hace poco un Director Creativo argentino nos decía que, no se trata ahora de hacer campañas publicitarias de bienestar social o de beneficencia. Es que las ideas creen movimientos en torno a las necesidades de una sociedad, para que se conviertan en una solución para muchos a través de los productos de una marca y su publicidad. O como dijera Bill Bernbach, en los años 50: “Con lo que comunicamos, podemos edificar una mejor sociedad”.
Por esa razón, a mi parecer, es mucho más valioso focalizarnos en el destino de una idea, en su potencial de desarrollo y en que provoque un cambio favorable en tu país y en sus ciudadanos, más allá de si ciertamente fue tu hallazgo o no. Pues compartir bienestar es algo tan productivo, que las metas económicas que tanto deseas, llegarán por sí solas invariablemente… para todos.
Por: Lucía Bonadíes Mora.
Presidente y Gerente General de Insight Publicidad.