Cómo incrementar tu capacidad creativa

 

La creatividad es de quien la trabaja, y podemos incrementarla, ya sea practicando técnicas, forjando ciertos hábitos, superando barreras mentales, o cultivando nuestra espiritualidad.

Por David Herrera, Director de VBAT para América Latina.

Tuve la grata experiencia de participar como conferencista en el 8º Congreso Nacional de Mercadotecnia. Durante conversaciones informales con distintos asistentes (estudiantes, empresarios y profesionistas), me preguntaron recurrentemente cómo desarrollar la capacidad creativa tanto de un individuo, como de una organización. Esta vez, me enfocaré en plantear en grandes líneas el caso de la capacidad de ideación del individuo. 

La creatividad es de quien la trabaja, y podemos incrementarla, ya sea practicando técnicas, forjando ciertos hábitos, superando barreras mentales, o cultivando nuestra espiritualidad. Estas aproximaciones son complementarias y sinérgicas. No vamos a exponer aquí un catálogo de técnicas de pensamiento creativo, éstas han sido ampliamente difundidas por Michael Michalko, Andrei G. Aleinikov, Edward de Bono, y muchos autores más; baste mencionar que muchas de éstas incentivan la fluidez, cambian la perspectiva del problema, fuerzan asociaciones donde no son obvias, o desafían supuestos mediante provocaciones creativas.

Imaginemos que necesitamos nuevas ideas para mejorar la movilidad en la ciudad. Entonces, identificamos y enlistamos los supuestos, uno de ellos podría ser “la movilidad mejora al disminuir el tiempo de desplazamiento entre dos puntos de la ciudad”. Después, los distorsionamos, planteando provocaciones creativas, “la movilidad mejora al incrementar el tiempo de desplazamiento”. Este disparate intencional puede invitarnos a pensar en desplazamientos más largos, pero también más productivos, reduciendo el tiempo que la gente requiere para completar sus actividades cotidianas: plataformas en los medios de transporte para generar turnos en el lugar destino, pedidos anticipados, transacciones financieras, y otras operaciones. La misma provocación creativa podría sugerir tiempos de desplazamiento tan largos, costosos y complejos, que los habitantes se vean forzados a arreglárselas sin desplazarse, planteamiento paradójico y radical. Durante la ideación, nos interesa ampliar el abanico de planteamientos. De la calidad y la viabilidad de éstos, nos ocuparemos después.

Twyla Tharp, coreógrafa estadounidense, recomienda establecer condiciones y hábitos para que la creatividad aflore. No dormimos a voluntad, pero podemos fijar horarios para despertar e ir a la cama, cenar ligero, dejar el celular y otras pantallas, bajar las luces, relajarnos, ponernos ropa cómoda, en fin, crear condiciones propicias para caer dormidos. De igual manera, para activar la creatividad, es recomendable la disciplina en los horarios, crear condiciones favorables en el espacio de trabajo, establecer un estado mental ritualizando el inicio y final del período de creación. Esto, al practicarse constantemente, condiciona a la mente para crear. Otros hábitos recomendados están orientados a acumular acervo y estar alerta, por ejemplo, anotar las ideas que se nos ocurran, sin evaluarlas ni juzgarlas, coleccionar o registrar lo que nos inspire o llame la atención. Gustavo Cerati llevaba un registro de palabras que le parecían interesantes o inspiradoras, y las utilizaba para componer sus canciones.

Los niños pequeños son espontáneos, abiertos, imaginativos. Según Etty Buzyn, renombrada psicóloga francesa, algunos niños construyen un falso yo a partir de los deseos de sus padres para sentirse amados, y lo hacen en detrimento de su yo auténtico. Aunado a esto, pocos niños están sujetos a métodos educativos que desarrollan la creatividad, y muchos están sobreexpuestos al consumo pasivo de contenido en pantallas, destinando menos tiempo para jugar, fantasear, socializar y explorar el mundo real, fuera de la pantalla. Así, la llama creativa va menguando. En su libro The Artist’s Way, Julia Cameron propone un programa temporal para reavivar esa llama latente, recuperando la confianza, la motivación y dejando atrás las creencias limitantes. Este programa se encuentra en la frontera entre lo terapéutico y lo espiritual, pues al igual que otros autores, Cameron sostiene que la fuente creativa es sobrenatural, y que es fundamental reestablecer nuestra relación con ella para descubrir nuestra vocación de vida.

Colaboración: www.merca20.com

 

apap

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