Si los adultos pudieran recuperar por un instante la desbordante imaginación de la que eran dueños cuando eran niños, el mundo sería definitivamente un lugar más alegre y ajeno hasta cierto punto a las penurias.
Los más pequeños de la casa son, al fin y al cabo, capaces de soñar despiertos con fenomenales aventuras que brotan en realidad de los entornos más mundanos. ¿Acaso no hubiéramos sido un poco más felices con la exultante imaginación de los niños a nuestra vera durante el confinamiento solapado al coronavirus? Probablemente.
Fisher-Price muestra en su nuevo spot cómo objetos de la vida cotidiana se revisten de una pátina extraordinariamente excitante cuando son contemplados a través de los ojos de un niño.
Quizás por ello Fisher-Price explora la beatífica capacidad de los niños para escapar de la lóbrega y tediosa realidad en un anuncio donde los niños son capaces de ver divertidos juguetes en los objetos aparentemente más anodinos.
El spot, que lleva la rúbrica de la agencia Wieden + Kennedy Portland, muestra cómo objetos de la vida cotidiana se revisten de una pátina extraordinariamente excitante cuando son contemplados a través de los ojos de un niño.
De esta manera, una escoba acaba metamorfoseándose en una guitarra, un cepillo para para el pelo se troca en un micrófono, un plátano se convierte en un teléfono y una manguera se torna en una serpiente enroscada.
Más allá del spot, bautizado con el nombre de «See Toys Everywhere», la nueva campaña de la filial de Mattel incluye una serie de posts para Instagram que beben el mismo espíritu que el anuncio y muestran objetos ordinarios embalados como si fueran atractivos juguetes.
Colaboración: www.marketingdirecto.com
