Las marcas que apuesten por la sostenibilidad serán las únicas que tengan futuro

En un mundo en el que la atención sobre el Medio Ambiente se diluye entre acontecimientos políticos y mediáticos, es el momento de que las marcas sean las impulsoras de la sostenibilidad.

Hablar de sostenibilidad no es nada nuevo. Es más, aquellas marcas que aún no contemplen este concepto dentro de sus estrategias serán castigadas por unos consumidores cada vez más concienciados.

Hay que señalar que este 2019 la sostenibilidad se generalizará y estará presente en más ámbitos de nuestra vida.

Ahora es parte de la conversación general como demuestra la preocupación de los consumidores por las personas que han fabricado su ropa, el reciclaje o la procedencia del tipo de carne que están comiendo.

Es necesario lograr un cambio para evitar una crisis global. Así lo puso de manifiesto el Informe elaborado por el Intergovernmental Panel on Climate Change de la ONU publicado en octubre de 2018.

El planeta no atraviesa su mejor momento debido a las altas emisiones de dióxido de carbono que se traducen en el efecto invernadero y, por tanto, aumenta la temperatura de la Tierra.

En los últimos tiempos estamos siendo testigos de importantes movimientos por parte de los gobiernos, pero es necesario hacer muchos más cambios.

Las marcas tienen que actuar

Los políticos están cada vez más distraídos ante desafíos globales como el Brexit o la forma en la que Donald Trump está guiando a una de las potencias económicas más importantes (y contaminantes).

Una fotografía a la que sumamos la negación por parte de muchos políticos del más que evidente cambio climático.

El resultado es una distracción de los medios de comunicación sobre un problema que nos afecta a todos.

Es el momento de que las marcas sitúen la sostenibilidad como una de sus bases y objetivos. No como un complemento de sus estrategias de responsabilidad social corporativa.

Los consumidores lo tienen claro

De acuerdo a los últimos datos ofrecidos por GlobalWebIndex, los consumidores están más comprometidos que nunca con el cuidado y protección del Medio Ambiente.

El 70% de los encuestados coincide en que son las personas las que tiene que asumir la mayor responsabilidad ante este desafío. Sitúan por debajo a las empresas (52%) y a los gobiernos (50%).

Este es un buen comienzo, pero hay que ir mucho más allá de los residuos o el consumo de plásticos. Por ejemplo, la denominada “moda de consumo rápido”.

Los datos de Statista apuntan a que la moda rápida de bajo coste es uno de los grandes desconocidos a la hora de hablar de Medio Ambiente.

Del consumo lineal al circular

Las sociedades tienen que evolucionar desde un modelo de consumo lineal a uno circular en el que a los recursos se les de la mayor vida útil posible.

La moda rápida es uno de los grandes problemas de los países desarrollados.

Por ejemplo, en Reino Unido, existente más de 35 millones de prendas de vestir en vertederos de todo el país de acuerdo a los datos ofrecidos por The Drum.

Una posible solución es la aportada por Wrap que ha visto en el alquiler de topa un modelo de negocio sostenible para reducir la generación de residuos.

Una marca similar a la estadounidense Rent the Runway.

Estos son solo algunos ejemplos de la existencia de modelos de negocio sostenibles, respetuosos con el Medio Ambiente y que son capaces de trabajar con los recursos más allá de la castigada economía lineal de consumo.

Ahora está en sus manos una decisión cuya respuesta siempre está determinada por el poderoso caballero don dinero.

 

 

Colaboración: https://www.marketingdirecto.com

apap

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